
Cuando el silencio reina, es el silencio lo nos obliga a mirar. El deseo no es sólo buscar la mirada que no tenemos, la mirada por venir. Sino aquello que hace a nuestra falta y promesa; pues siempre la promesa es una falta.
Deseo de ir al encuentro de la mirada perdida: la del griego errante en su metamorfosis humana. La cabeza del ídolo que rueda; la del monumento descoyuntado de Lenin atravesando el Danubio en la película de A.
Deseo de mirar: a quienes viajan sin retorno. Deseo de contar lo incontable, Corinne. Pues nosotros no somos griegos; no somos títeres de los caprichos divinos. Ni tenemos linaje.
Empecemos por saberlo: ya es algo. Acaso un locus.
Deseo de ir al encuentro de la mirada perdida: la del griego errante en su metamorfosis humana. La cabeza del ídolo que rueda; la del monumento descoyuntado de Lenin atravesando el Danubio en la película de A.
Deseo de mirar: a quienes viajan sin retorno. Deseo de contar lo incontable, Corinne. Pues nosotros no somos griegos; no somos títeres de los caprichos divinos. Ni tenemos linaje.
Empecemos por saberlo: ya es algo. Acaso un locus.
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