Odiseas
Un viaje a los que van. Un libro en marcha.
14 de diciembre de 2023
25 de enero de 2021
Hogar
Es la pregunta por el territorio, aquella que emerge para quienes van.
De allí destino, como cifra temporal, la de un hacerse camino en el andar, pero también, la de un hacerse lugar entre los posibles. Un hacerse posible un modo de existencia, cuando el devenir nos arroja desde circunstancias inhóspitas a la aventura o desventura.
Dónde el hogar, preguntaba desde diversas latitudes de pantallas la voz en off de la muestra “Extranjerías”, curada por Néstor García Canclini, a la que asistí años atrás, en Caba.
Poco más o menos, estas fueron_ y/o podrían haber sido_ algunas respuestas.
El hogar es la infancia, allí donde la primera lengua.
El hogar es donde puedo vivir sin que me persigan.
El hogar es el contexto de mis tradiciones, mis fiestas, mis ritos.
El hogar es reservorio de mis sabores familiares. El de mi flora y fauna. El de mi paisaje, el primero que vieron mis ojos.
El hogar el último paisaje que quisiera que vieran mis ojos.
El hogar es donde encuentro cobijo y respeto. Donde están mis apegos.
El hogar es una construcción, un futuro, un horizonte.
El hogar es un barco, un tren, una valija.
No existe hogar.
30 de septiembre de 2020
Impermanencia
IMPERMANENCIA
Una atmósfera.
El humo que brota del río al amanecer.
Las heridas de la rama quebrada sobre un colchón de hojas sepias
que se dejan caer
en su hora justa.
No la melancolía de lo que pudo ser sino aquel aviso que tuvimos
al despedirnos
sin saber que nos despedíamos por última vez.
Un dejà vu la puntada en el chakra anahata.
Presentimiento de la belleza consumada.
Fulgor del rastro en la cicatriz de lo perdido.
Que repara, prolija, resistente,
la hebra de oro.
a.g.
(En "Odiseas Menores" 7 Alción, 2023)27 de julio de 2020
14 de octubre de 2019
Ulises (un poema de P. Urquiza)
Escribo bajo el signo
de un amoroso perro que me dicen
allá en la patria se pasea viejo
y ciego tal vez a los muebles habituales,
no al llamado
de la Milonga y sus cachorros por ejemplo,
ni al olor de la cocina,
la voz de la mami o la congoja
de Leopoldo El Tero por sus hermanos en el
aire.
Bajo tu signo escribo, Ulises,
y me celebro perro por lugares
y por árboles que hacen alzar feliz mi pata;
regar de oro precioso de ladridos
el aire sereno de Naucalpan,
el de las hueras caras aquí en Francia,
mi otro aire provinciano,
aire moreno entre Las Torres.
Bajo tu signo soy el perro
orgulloso del barrio y de su casa,
señor de los patios y la sombra
altiva de las parras y el naranjo.
Mi otro aire provinciano allá en América,
mi aire de zambas, de indios y señores en
Europa,
canta bajo tu secreto, Ulises,
ahora ciego a lo infecundo y luminoso
por islas, mapas o cuadernos
que en lejana vida _recuerdo y de otra_,
he recorrido,
costas donde amé _siempre al borde de mí
mismo_,
como vigilias anhelosas, como fragantes
herramientas,
el canto de los viajes,
los barcos que mi barrio el trece
o Yapeyú de donde viene el viento,
jamás han visto ni verán por ser entera
tierra,
centro, corazón callado
de nosotros todos,
y nosotros, Ulises, los perros.
PABLO URQUIZA (Córdoba, 1959) Actualmente radicado en París
Fuente: Revista Palabras de poeta (ed. Babel, Cba, #6- Octubre 2018).