
D. se acomoda la falda en el sillón de la sala de espera, revisa el contenido del bolso, enciende un cigarrillo.
Es enero de una tarde fría y nubosa.
A la mirada bizca del voyeur la vemos antes en los ojos de ella. Antes de que suceda el disparo, su propio instante decisivo. Entonces el acontecer siempre será un episodio secundario.
Aún bajo esa pulsión que se hará opus nigrum, la libertad le comprime el diafragma. Así funciona la lógica D. Siempre que avanza sobre algún obstáculo –un río, un bache, una puerta cerrada- lo físico se anticipa. Y es en ese momento que toda ella se convierte en pura suspensión.
Sorteando precipicios. O abismándose.
Y en los transcursos, la nariz asoma de refilón al muro. Alguien maquilla la cicatriz para enfatizarla. Los cuchillos contonean la silueta en la rueda de la fortuna.
Fotografías.
Hay que observar los detalles, no se trata de generalizar.
Sinécdoques:
el rastro seco de una gota de sangre en el canesú, casi imperceptible;
la pupila ciega de una rata en medio del callejón al fondo de la puta que fuma.
Como D. Sólo que D. lleva pantalones y cero make up. Nunca más, se ha prometido.
Es enero de una tarde fría y nubosa.
A la mirada bizca del voyeur la vemos antes en los ojos de ella. Antes de que suceda el disparo, su propio instante decisivo. Entonces el acontecer siempre será un episodio secundario.
Aún bajo esa pulsión que se hará opus nigrum, la libertad le comprime el diafragma. Así funciona la lógica D. Siempre que avanza sobre algún obstáculo –un río, un bache, una puerta cerrada- lo físico se anticipa. Y es en ese momento que toda ella se convierte en pura suspensión.
Sorteando precipicios. O abismándose.
Y en los transcursos, la nariz asoma de refilón al muro. Alguien maquilla la cicatriz para enfatizarla. Los cuchillos contonean la silueta en la rueda de la fortuna.
Fotografías.
Hay que observar los detalles, no se trata de generalizar.
Sinécdoques:
el rastro seco de una gota de sangre en el canesú, casi imperceptible;
la pupila ciega de una rata en medio del callejón al fondo de la puta que fuma.
Como D. Sólo que D. lleva pantalones y cero make up. Nunca más, se ha prometido.
Harta de las momias pret-a-porter: deserta.
Adiós seducción.
La vida está en otra parte, en otros cuerpos.
Adiós seducción.
La vida está en otra parte, en otros cuerpos.
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